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ALERGIA A LOS GATOS

CAUSAS, ASÍ COMO ACCIONES PARA REDUCIRLA Y CONTOLARLA

Suele ser frecuente, que algunas personas, presenten síntomas de alergia cuando están cerca de un gato o incluso tan solo han visitado una casa, donde vive un gato, aun cuando ni le hayan visto.

Dicha alergia, en realidad no es causada directamente por los gatos, incluso lo gatos de la raza sphynx, también conocidos como “gatos sin pelo”, producen la misma reacción alérgica en las personas.

El motivo es que no se es alérgico al gato. El auténtico problema está en las proteínas (LPS / TLR4 / Fel d 1 - Fel d 4) que se localizan en la orina y la saliva del gato. Pocos son los que llegan a notar el problema con la orina, pues es mucho más notorio el problema con la saliva. Los gatos tienen varios motivos para lamerse todo el cuerpo, el más conocido y que emplean todos, aun viviendo como gato único, es el de su higiene diaria. Al lamerse retiran pelo muerto, limpian zonas que ellos consideran sucias y les ayuda a controlar la temperatura corporal, entre otras cosas.

Sabiendo que la saliva del gato, contiene la proteína que causa la alergia, también sabemos que todo el manto (pelo) del gato está cubierto por dicha proteína. Cuando el gato se desplaza por el entorno donde habita, no puede evitar dejar pelo suelto, ni que le caigan micro-escamas de piel muerta (caspa felina), que también han estado en contacto con la saliva.

Los casos que no representen una gravedad exacerbada, se pueden reducir a un nivel casi inexistente y mantener controlada la situación para la persona alérgica. También existen tratamientos médicos, pero aquí nos ceñiremos a las acciones que todos podemos poner en práctica, con resultados casi inmediatos.

En realidad todo se basa en establecer un sistema de limpieza adecuado, en especial las zonas más asiduas para el gato que esté en nuestro hogar. Si hay más de un gato, tendremos que mantener el mismo sistema de limpieza y con la misma frecuencia. Es imperativo definir muy claro y estricto las zonas libres de gatos en la casa.

“Zonas libres de gatos”, son habitaciones donde no dejaremos entrar nunca al gato, han de ser consensuadas por parte de todas las personas que vivan en la casa y basándose en las horas que pasa la persona alérgica en cada lugar de la vivienda. La primera habitación a tener muy en cuenta es el dormitorio del afectado, a la que debemos proteger y poner en práctica la forma de impedir el acceso al gato.

Es conveniente empezar por retirar el polvo con un trapo húmedo, más aún si el gato ha estado deambulando por el lugar. Esto es básicamente para retirar el pelo muerto y caspa felina que haya podido dejar el gato. Hay que olvidarse por completo de usar el plumero, para retirar el polvo.

Siempre se procederá de la misma forma, no sirviendo barrer y menos con una simple escoba, pues de este modo solo levantamos las micro partículas de caspa felina, acentuando su presencia en suspensión, causantes de todo. Es preferible usar una aspiradora, por toda la casa – incluso hay marcas que tienen modelos específicos para recoger los pelos de las mascotas (modelos “pet”, “aspiran pelo de mascota”), sugeridas también, para cualquier otro tipo de alergias.

Para poder erradicar mejor el problema, en lugar de fregar llevando arriba y abajo el cubo de agua, que a la segunda vez que mojemos la fregona, ya estamos utilizando agua sucia, es más adecuado hacer uso de una máquina de vapor, específica para la limpieza del hogar, que además de limpiar y retirar la suciedad, por la temperatura que alcanza, desinfecta aún mejor que utilizando cualquier producto químico.

Podemos empezar por ayudarnos de VETRIDEM. Es una loción no tóxica, ni durante la higiene diaria que se hace nuestra mascota. Se aplica tópicamente en forma de spray, una vez por semana. Se rocía directamente sobre el gato, neutralizando las partículas alérgenas, presentes en la piel y el pelo, impidiendo que floten en el ambiente. Este producto, tan solo es para aliviar los síntomas, en ningún caso es una solución definitiva.

Lo importante es comenzar por “organizarnos” y poco a poco iremos marcando prioridades, que tendremos que establecer como rutina en nuestra vida diaria. Una vez todo esté bajo control, las cosas serán más fáciles. Pasados unos años, podríamos descubrir que sin tantos rituales, la persona alérgica ha creado ya anticuerpos, de forma natural y la alergia a los gatos ha disminuido, hasta ser capaz de convivir, sin tanta protección, con el gato.

Además de la limpieza, tener zonas libres de gato y cuidados en el hogar para con el alérgico, también hemos de “emprender acciones con el gato”.

Si el gato es cachorro, será “fácil” bañarle y acostumbrarle a este ritual. No es que TODOS los gatos tengan aversión al agua; hay algunos que realmente disfrutan nadando (como ejemplo tenemos a los gatos Turcos Van, que viven a orillas del Lago Van, en Turquía y son muy hábiles dentro del agua). Si desde pequeños se pueden acostumbrar, será una buena ayuda para contener la caspa felina de la dermis, así como retirar pelo muerto y limpiar de saliva, durante muy corto tiempo, del cuerpo del gato.

En caso de que al gato no le agrade la experiencia y definitivamente se niegue al baño, no hay que estresarle innecesariamente. Si se considera como algo indispensable, hay que llevarlo a un lugar adecuado para la limpieza de animales, con preferencia aquellos que colaboran con veterinarios o son los mismos veterinarios los que prestan el servicio, ya que para evitar el estrés del gato, es necesario sedarle totalmente, para poder bañarle tranquilamente y conseguir los resultados deseados, sin riesgos para el animal, ni para quien le bañe.

Otra cosa a la que debemos acostumbrar a nuestro gato, de cualquier edad, es a pasarle el peine. Dependiendo del tipo de pelo del gato, hemos de usar un modelo específico, de peine o cepillo, para el manto del gato. Si es de pelo largo, por el propio bien del mismo animal, conviene que sea diario el peinado. A los de pelo corto, como mínimo, una vez por semana.

Para el bienestar de la persona alérgica, convendría que el cepillado fuese diario, en una zona donde podamos limpiar fácilmente con agua, para no acumular ni pelo, ni la caspa felina. Si es lejos de la habitación del alérgico mejor. Recordar no hacerlo en una zona “libre de gatos” ya que quedaría “contaminada”.

Tanto el peinado del gato, como mantener el nivel de limpieza adecuado durante toda la vida del mismo, es aconsejable, para la salud del alérgico y por el bien del mismo gato. A la larga todos lo agradecerán. También nos permite observar y revisar el estado del gato constantemente, con lo que podremos actuar preventivamente ante posibles enfermedades, la presencia de una herida o un parásito.

Autor
Graciela Prado
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